Se consideraban un alimento medicinal importante para las civilizaciones griega y romana. Fueron bautizadas por Hipócrates como “la verdura de las mil virtudes”, las usaba contra la diarrea y la disentería.
El consumo de crucíferas se ha asociado a una disminución hasta la mitad, del riesgo de padecer distintos tipos de cáncer (pulmón, estómago, colon, recto, próstata, mama y vejiga) con una ingesta de 3 a 5 raciones a la semana.
El brócoli y resto de crucíferas (coliflor, berros, romanescu, coles de bruselas, repollo, lombarda, rábano, col kale,…) contienen glucosinolatos que liberan dos sustancias extraordinarias de gran actividad anticancerígena: los isotiocianatos (sulforafano) y los indoles (I3C).
Estas sustancias tienen funciones muy importantes:
- Aceleran la eliminación de sustancias tóxicas de demostrada acción cancerígena.
- Son buenos antiinflamatorios.
- Provoca la apoptosis o suicidio de las células cancerígenas (de meduloblastomas, tumores de próstata, colon y leucemia linfoblástica aguda).
- Las verduras crucíferas mejoran la supervivencia de las mujeres con cáncer de mama por su efecto sobre metabolismo de los estrógenos. Según varios estudios cuantas más crucíferas comían a la semana mujeres diagnosticadas de cáncer de mama, menos probabilidad de morir de cáncer (un 62%) que aquellas que no consumían muchas.
- Posee propiedades antibióticas bactericidas sobre todo contra Helicobacter pylori, causante de las úlceras de estómago que son responsables muchos cánceres de estómago.
- Son potentes antioxidantes previenen el daño causado por la oxidación. Son ricas en: vitamina A, Selenio, Vitamina E, vitamina C y un mineral muy alcalinizante, el calcio.
- Son antiangiogénicos, ¿qué significa? Pues que impide que se formen nuevos vasos (venas y arterias) que alimenten al tumor.
Para aprovechar todas las sustancias anticancerígenas de estas maravillosas verduras debemos masticarlas muy bien por ejemplo al masticar brócoli ten en cuenta: Los componentes azufrados del brócoli y la mirosinasa (enzima) están en distintos compartimentos de las células vegetales de las crucíferas, con lo cual al masticarlas, se rompen dichas células se mezcla la mirosinasa con los glucosinolatos y dan lugar a sustancias anticancerígenas como los isotiocianatos que se absorben con mucha facilidad en el intestino.
Los brotes y germinados de brócoli tienen mucha más cantidad de sustancias anticancerígenas que el brócoli que está maduro.
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